jueves, 30 de enero de 2014

Cotorra Puertorriqueña



Descripción:La cotorra puertorriqueña es relativamente pequeña en tamaño, mide aproximadamente
29 cm de largo y su peso promedio es 270 gramos. Su rabo es pequeño y de un corte cuadrado, contrario al rabo largo y puntiagudo de un perico.
El color de la cotorra puertorriqueña es primordialmente verde. Las puntas de las alas son de un color azul cielo, visible únicamente cuando está en vuelo. Tiene un anillo blanco alrededor del ojo y una banda roja sobre su pico.





 Información biológica:La cotorra Puertorriqueña llega a edad reproductiva en aproximadamente 3 a 5 años. Las cotorra normalmente forman parejas que perduran por mucho tiempo. Las parejas permanecen juntas casi todo el año, excepto cuando la hembra esta incubando y el macho assume la responsabilidad de proveer alimento. La cotorra construye su nido en árboles de gran tamaño como el palo Colorado. El anidaje comienza en los meses de febrero y marzo, hasta junio. El animaje ocurre en el periodo de fructificacíon de la palma de sierra, ya que su fruta es su alimento principal durante la época de reproduccíon.

Se alimenta de frutas, hojas y hasta de flores. Prefiere las frutas de árboles como Palma de Sierra (Euterpe globosa) y el Tabonuco (Dacryodes excelsa) ya que le proveen alimento durante los meses de agosto a noviembre cuando otras frutas escasean
 

Distribución: La cotorra puertorriqueña, ave endémica a Puerto Rico, fue abundante en toda la isla y también en las islas de Culebra, Vieques y Mona. Se estima que cuando los españoles colonizaron a Puerto Rico la población de cotorras alcanzaba el millón de individuos. Actualmente se encuentra solamente en el Bosque Nacional del Caribe (conocido como “El Yunque”) en el noreste de la isla, Rio Abajo y hay varios individuos en cautiverio.


Amenazas: La dramática reducción en el número de cotorras para fines del siglo XIX se debió principalmente a la deforestación para agricultura, la cual eliminó extensas areas de bosque maduro. Ya para la década de 1940 la única población de la cotorra puertorriqueña se encontraba en la Sierra de Luquillo, conocida popularmente como “El Yunque”, al este de Puerto Rico. Entre las causas de la reducción dramatica se incluyen la destrucción de hábitat, la caza ilegal y la competencia por cavidades con especies como el zorzal pardo. El huracan Hugo tuvo gran impacto en la población de la iguaca, reduciendo su población silvestre de 47 individuos a 22 individuos.



Medidas de Conservación: La cotorra puertorriqueña fue designada como especie en peligro de extinción en el año 1967. En 1968 se inició un esfuerzo cooperativo entre el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales para recuperar esta especie. El mismo incluyó un programa de propagación en cautiverio que continúa hasta el presente. Otras actividades de recuperación incluyen la construcción de cavidades artificiales tanto para la cotorra puertorriqueña como para el zorzal pardo y la observación de nidos para evitar la depredación y para asegurar el desarrollo normal de los huevos y pichones.


La población en cautiverio se mantiene para varios propósitos: para reproducir cotorras y aumentar su número para asegurar poblaciones adicionales, particularmente en el caso de una catástrofe natural tal como un huracán y para eventualmente poder proveer aves para reintroducidas a los bosques donde habitaban. Actualmente hay cerca de 50 individuos en cautiverio en el aviario de Luquillo.
 
 
El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales construyó un aviario en el Bosque Estatal de Río Abajo para mantener una segunda población de cotorras en cautiverio. En mayo de 1993 se trasladaron 10 aves de Luquillo a Río Abajo para reproducirlas  y establecer una nueva población










Misión
Proteger,conservar y administrar los recursos naturales y ambientales del país de forma balanceada para garantizar a las próximas generaciones su disfrute y estimular una major calidad de vida.

 




Visión
Propiciar un ambiente sano y saludable a través de la promoción del uso sostenible de los recursos naturales, la ordenación de la gestión ambiental y la transformación de la cultura ambiental de los puertorriqueños hacia una de conservación, con la participación de todos los sectores de la sociedad para mejorar la calidad de vida.






 
 


 
 

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